A lo largo de la historia el planeta ha sido atacado por una gran variedad de plagas y epidemias que se han presentado de forma espontanea o por intervención del mismo hombre, y también, claro está, por la voluntad de Dios, como en la historia de inicio del Éxodo. Podemos hablar de muchas epidemias y plagas que has afectado a la humanidad, y de cómo estas han afectado al desarrollo y supervivencia de las sociedades, así, por ejemplo, la peste negra de mediados del siglo XIV, que se había iniciado en las estepas de Asia central y posteriormente se había extendido a China e India, y que luego alcanza la costa sur de Inglaterra en el verano de 1348, supone la brusca interrupción de los intercambios económicos a gran escala y trajo durísimas consecuencias especialmente en los centros urbanos.
Este ensayo lo que pretendo es promover en los lectores un sentido de confianza, y que no sufra el pánico que se ha estado apoderando de todos en el globo. Presentaremos alguna información referente al tema, pero pondremos nuestro énfasis en explicar que el actual estado de la enfermedad no es motivo para temer y mucho menos para afectar nuestra vida diaria.
Pero comencemos por definir lo que es una epidemia, según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, epidemia es una enfermedad que se propaga durante algún tiempo por un país, acometiendo simultáneamente a gran número de personas. Y la medicina la define como una enfermedad infecciosa causada por un virus o una bacteria que se propaga rápidamente y afecta a un gran número de personas en un determinado lugar causando graves daños y hasta la muerte. Entonces podemos afirmar que una epidemia es una infección altamente contagiosa y que se expande rápidamente en una comunidad o país.
Antiguamente era más lenta su expansión debido a que el contacto entre personas era menor por acción de las diferentes culturas y costumbres, y, puesto que los viajes eran más lentos, su intensidad se daba en una sola población o región. Sin embargo se puede afirmar que las epidemias en tiempos pasados afectaba a la población durante mucho más tiempo, vemos que la peste Negra permaneció endémica cuando no epidémica en Europa durante los siguientes tres siglos y desapareció de forma gradual tras 1670, fecha del último brote en Inglaterra. Ahora las epidemias pueden ser tratadas más rápidamente por el avance de la tecnología y la ciencia médica, más vemos que también gracias al progreso en los medios de comunicación, estas epidemias se propagan mucho más rápidamente viajando dentro de un pasajero de avión de un país a otro en cuestión de unas cuantas horas, e incluso dentro de una metrópoli tan grande como las del siglo XXI, pueden trasladarse de extremo a extremo en cuestión de minutos, afectando así a una multitud imperceptiblemente.
Echando un vistazo por la ventana, veremos que en estos momentos, mientras usted está leyendo estas líneas, una epidemia se está viviendo con gran intensidad y causa grandes estragos y preocupación en el orden y la vida cotidiana de muchas personas en todo el mundo, la comúnmente llamada “Gripe porcina”, influenza AH1N1. Esta es un tipo de influenza que aparentemente surgió en el País de México, es un virus de gripe avanzado que se incrusta en los pulmones cuando es aspirado por un ser humano a través de la respiración, esto debido a su forma de estrella, con largas puntas que se adhieren fuertemente en el tejido pulmonar. Esta gripe puede pasar a otra persona a través de la respiración, de manera que si un infectado estornuda libremente, arroja al ambiente gran cantidad de bacterias, las mismas que pueden ser recogidas por otra persona mediante la inhalación de aire.
Después de afectar casi instantáneamente a toda la población de México, infectando a más de un millar de personas, y perturbando al resto de la población, dejando casi presas a las familias en sus propios hogares a causa de una medida de prevención por parte del gobiernos central de México, que prohibió a los ciudadanos salir de sus casas para no caer en el alto peligro de contraer las infección, encajando así el temor, la preocupación y la tensión en los pobladores a cauda del grave nivel al que alcanzado al enfermedad. La gente que necesariamente sale a buscar provisiones y alimentos a los centros comerciales y restaurantes, que a su vez han sido forzados a cerrar sus establecimientos, lo hacen casi clandestinamente, por miedo a ser amonestados por las fuerzas del orden. La gripe porcina a atacado ferozmente al resto del mundo, y el Perú no está a expensas de la mismo.
Nuestro país que aparentemente estaba a salvo de la infección, pues luego de ver infinidad de casos en México, Estados unidos y otros países, no había sido afectado. Sin embargo ahora ya se han registrado veintisiete personas enfermas en diferentes lugares de la capital. Esta enfermedad llego a nuestro país dentro del cuerpo de un escolar de un colegio que regresaba de un viaje de promoción a México hace unas semanas, este mismo escolar contagio a una hermana suya y a algunos compañeros, y luego a su maestra.
Sin embargo, es estado peruano se ha preparado muy bien para contrarrestar los ataques de esta gripe. El Aeropuerto Internacional Jorge Chávez ya se ha equipado adecuadamente y los hospitales se han capacitado para recibir presuntos casos de infección de AH1N1. Los trabajadores de los establecimientos públicos están usando mascarillas especiales para evitar el contagio, acción que es recomendable para las personas que trabajan en puestos comerciales y de servicios con trato directo con el público.
Existen diversas medidas preventivas para evitar el contagio de AH1N1: como ya mencionamos líneas arriba, usar mascarillas es una de las más prácticas de realizar, otra es evitar mantener contacto directo con las personas de nuestro entorno social. Así mismo, el dejar de lado los apretones de manos, abrazos y besos en los saludos es un detalle que resta gran cantidad de probabilidades de contagio, a pesar de la caracteriza de caluroso afecto peruanos que poseemos. Además es importante cubrirnos la boca y nariz cuando estornudamos, esto para evitar cualquier tipo de contagio, pero no con la mano, es más seguro hacerlo con la parte interna del antebrazo, a la altura del codo, pus si nos cubrimos con la mano, el virus queda impregnado en nuestra piel y se convierte en un surtidor de gripe, que va dejando el virus en cualquier objeto que toquemos. Y si esta medida no nos resulta fácil de hacer, pues recomendamos, lavarnos las manos con abundante agua y jabón, y hasta desinféctate de ser posible, después de cada estornudo, y es más sin haber estornudado durante varias veces al día, ya que no tenemos la certeza de que no hemos tocado algún objeto contaminado con la enfermedad. Vacunarnos contra la influenza es una medida que el ministerio de salud está impulsando agresivamente. Y, en última instancia, acudir al puesto de salud más cercano cuando presentemos síntomas como: fiebre alta acompañada de malestar corporal, estornudos constantes, dolor de cabeza, musculares, mareos, nauseas o sangrado nasal.
Como vemos, el control de esta enfermedad que da en las manos de cada uno de nosotros. El estado no puede ni podrá tener control sobre nuestras decisiones personales, solo nosotros podemos escoger cuidarnos de esta infección, el gobierno central no puede hacer más que brindarnos los medicamentos para curar los efectos de nuestras malas decisiones. La palabra de Dios de clara que dios le ha dado al hombre Dominio Propio, es decir, completo control de sus propios actos (2 Timoteo 1:7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”).
No hay razón para llenarnos de pánico ni preocuparnos por la posibilidad de contagiarnos, ya que a estas alturas, los veintisiete casos ya están siendo controlados. Las posibilidades se reducen a los niveles más bajos cuando tomamos medidas preventivas de contagio. Estamos en medio de una sociedad temerosa y que no confía en nadie, pero no podemos tener miedo de algo que no puede ni siquiera tocarnos mientras hagamos caso de las prevenciones que hemos presentado. La prevención es más segura que la corrección, pues, aun cuando se alcance una total recuperación, las secuelas y momentos de dolor vividos quedarán en la memoria. Frente a la prevención, que tiene la capacidad de evitar todo contagio, la corrección queda como una opción tonta.
Queda pues ahora en usted la decisión de evitar el contagio o no, a medida en que practiquemos los consejos preventivos que ya hemos presentado. Ahora es su decisión. No tiene porque caen en pánico, y mucho menos preocuparse, simplemente tiene que hacer uso del domino propio que Dios le ha otorgado, y podrá sentirse más tranquilo. Confié en Dios, él no quiere nada malo para usted, es por eso que de ante mano ya le dio el poder del autocontrol.
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Este ensayo lo que pretendo es promover en los lectores un sentido de confianza, y que no sufra el pánico que se ha estado apoderando de todos en el globo. Presentaremos alguna información referente al tema, pero pondremos nuestro énfasis en explicar que el actual estado de la enfermedad no es motivo para temer y mucho menos para afectar nuestra vida diaria.
Pero comencemos por definir lo que es una epidemia, según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, epidemia es una enfermedad que se propaga durante algún tiempo por un país, acometiendo simultáneamente a gran número de personas. Y la medicina la define como una enfermedad infecciosa causada por un virus o una bacteria que se propaga rápidamente y afecta a un gran número de personas en un determinado lugar causando graves daños y hasta la muerte. Entonces podemos afirmar que una epidemia es una infección altamente contagiosa y que se expande rápidamente en una comunidad o país.
Antiguamente era más lenta su expansión debido a que el contacto entre personas era menor por acción de las diferentes culturas y costumbres, y, puesto que los viajes eran más lentos, su intensidad se daba en una sola población o región. Sin embargo se puede afirmar que las epidemias en tiempos pasados afectaba a la población durante mucho más tiempo, vemos que la peste Negra permaneció endémica cuando no epidémica en Europa durante los siguientes tres siglos y desapareció de forma gradual tras 1670, fecha del último brote en Inglaterra. Ahora las epidemias pueden ser tratadas más rápidamente por el avance de la tecnología y la ciencia médica, más vemos que también gracias al progreso en los medios de comunicación, estas epidemias se propagan mucho más rápidamente viajando dentro de un pasajero de avión de un país a otro en cuestión de unas cuantas horas, e incluso dentro de una metrópoli tan grande como las del siglo XXI, pueden trasladarse de extremo a extremo en cuestión de minutos, afectando así a una multitud imperceptiblemente.
Echando un vistazo por la ventana, veremos que en estos momentos, mientras usted está leyendo estas líneas, una epidemia se está viviendo con gran intensidad y causa grandes estragos y preocupación en el orden y la vida cotidiana de muchas personas en todo el mundo, la comúnmente llamada “Gripe porcina”, influenza AH1N1. Esta es un tipo de influenza que aparentemente surgió en el País de México, es un virus de gripe avanzado que se incrusta en los pulmones cuando es aspirado por un ser humano a través de la respiración, esto debido a su forma de estrella, con largas puntas que se adhieren fuertemente en el tejido pulmonar. Esta gripe puede pasar a otra persona a través de la respiración, de manera que si un infectado estornuda libremente, arroja al ambiente gran cantidad de bacterias, las mismas que pueden ser recogidas por otra persona mediante la inhalación de aire.
Después de afectar casi instantáneamente a toda la población de México, infectando a más de un millar de personas, y perturbando al resto de la población, dejando casi presas a las familias en sus propios hogares a causa de una medida de prevención por parte del gobiernos central de México, que prohibió a los ciudadanos salir de sus casas para no caer en el alto peligro de contraer las infección, encajando así el temor, la preocupación y la tensión en los pobladores a cauda del grave nivel al que alcanzado al enfermedad. La gente que necesariamente sale a buscar provisiones y alimentos a los centros comerciales y restaurantes, que a su vez han sido forzados a cerrar sus establecimientos, lo hacen casi clandestinamente, por miedo a ser amonestados por las fuerzas del orden. La gripe porcina a atacado ferozmente al resto del mundo, y el Perú no está a expensas de la mismo.
Nuestro país que aparentemente estaba a salvo de la infección, pues luego de ver infinidad de casos en México, Estados unidos y otros países, no había sido afectado. Sin embargo ahora ya se han registrado veintisiete personas enfermas en diferentes lugares de la capital. Esta enfermedad llego a nuestro país dentro del cuerpo de un escolar de un colegio que regresaba de un viaje de promoción a México hace unas semanas, este mismo escolar contagio a una hermana suya y a algunos compañeros, y luego a su maestra.
Sin embargo, es estado peruano se ha preparado muy bien para contrarrestar los ataques de esta gripe. El Aeropuerto Internacional Jorge Chávez ya se ha equipado adecuadamente y los hospitales se han capacitado para recibir presuntos casos de infección de AH1N1. Los trabajadores de los establecimientos públicos están usando mascarillas especiales para evitar el contagio, acción que es recomendable para las personas que trabajan en puestos comerciales y de servicios con trato directo con el público.
Existen diversas medidas preventivas para evitar el contagio de AH1N1: como ya mencionamos líneas arriba, usar mascarillas es una de las más prácticas de realizar, otra es evitar mantener contacto directo con las personas de nuestro entorno social. Así mismo, el dejar de lado los apretones de manos, abrazos y besos en los saludos es un detalle que resta gran cantidad de probabilidades de contagio, a pesar de la caracteriza de caluroso afecto peruanos que poseemos. Además es importante cubrirnos la boca y nariz cuando estornudamos, esto para evitar cualquier tipo de contagio, pero no con la mano, es más seguro hacerlo con la parte interna del antebrazo, a la altura del codo, pus si nos cubrimos con la mano, el virus queda impregnado en nuestra piel y se convierte en un surtidor de gripe, que va dejando el virus en cualquier objeto que toquemos. Y si esta medida no nos resulta fácil de hacer, pues recomendamos, lavarnos las manos con abundante agua y jabón, y hasta desinféctate de ser posible, después de cada estornudo, y es más sin haber estornudado durante varias veces al día, ya que no tenemos la certeza de que no hemos tocado algún objeto contaminado con la enfermedad. Vacunarnos contra la influenza es una medida que el ministerio de salud está impulsando agresivamente. Y, en última instancia, acudir al puesto de salud más cercano cuando presentemos síntomas como: fiebre alta acompañada de malestar corporal, estornudos constantes, dolor de cabeza, musculares, mareos, nauseas o sangrado nasal.
Como vemos, el control de esta enfermedad que da en las manos de cada uno de nosotros. El estado no puede ni podrá tener control sobre nuestras decisiones personales, solo nosotros podemos escoger cuidarnos de esta infección, el gobierno central no puede hacer más que brindarnos los medicamentos para curar los efectos de nuestras malas decisiones. La palabra de Dios de clara que dios le ha dado al hombre Dominio Propio, es decir, completo control de sus propios actos (2 Timoteo 1:7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”).
No hay razón para llenarnos de pánico ni preocuparnos por la posibilidad de contagiarnos, ya que a estas alturas, los veintisiete casos ya están siendo controlados. Las posibilidades se reducen a los niveles más bajos cuando tomamos medidas preventivas de contagio. Estamos en medio de una sociedad temerosa y que no confía en nadie, pero no podemos tener miedo de algo que no puede ni siquiera tocarnos mientras hagamos caso de las prevenciones que hemos presentado. La prevención es más segura que la corrección, pues, aun cuando se alcance una total recuperación, las secuelas y momentos de dolor vividos quedarán en la memoria. Frente a la prevención, que tiene la capacidad de evitar todo contagio, la corrección queda como una opción tonta.
Queda pues ahora en usted la decisión de evitar el contagio o no, a medida en que practiquemos los consejos preventivos que ya hemos presentado. Ahora es su decisión. No tiene porque caen en pánico, y mucho menos preocuparse, simplemente tiene que hacer uso del domino propio que Dios le ha otorgado, y podrá sentirse más tranquilo. Confié en Dios, él no quiere nada malo para usted, es por eso que de ante mano ya le dio el poder del autocontrol.
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